Hola a
todos!!
Bueno, como
ya dije, publicaré algunas historias.
Hace ya 3
meses que empecé a escribir una novela. Quiero que sea larga, llevo
pocas páginas, pero tengo pensado como irá todo. No soy muy buen
escritor, no sé expresar demasiado bien los sentimientos, pero
tengo una gran imaginación, así que creo que es un tema que siempre
os dejará en intriga. Publicaré la historia por capítulos, aunque
realmente va por días.
Aquí os
dejo la introducción. Espero que os guste.
Todos,
muchas veces, hemos deseado tener una aventura, tener un subidón de
adrenalina, vivir al límite. Eso es lo que sentíamos mis quince
amigos y yo al salir del puerto de Rodhes. De esos quince, seis eran
chicas, y una era mi novia. En realidad, no éramos todos amigos,
algunos solo nos conocíamos de una fiesta del día anterior.
Mi nombre
es Zack. Mis únicos amigos de siempre eran Fredick, mi mejor amigo
desde la infancia, él nunca te traicionaría, Peter, un tipejo
gracioso, pero que cuando se enfada mas te vale correr, y finalmente
mi novia que se llama Carolina y que además era una gran amiga. De
ella estaba enamorado desde hacía tiempo. Antes de irnos le pedí
salir y me dijo que si...
Emprendimos
el viaje en un velero que supuestamente solo podía llevar 8
personas, pero bueno somos un grupo joven, con ganas de divertirnos y
nos daba igual.
Solo salir
ya abrimos las botellas de alcohol. Yo estaba sentado sobre el capote
del barco, cuando el imbécil de Jorge vino hacia mí; Jorge era un
tío que medio conocí en la fiesta, digo medio conocí porque nos
peleamos, le hice sangre en el labio. El problema fué que él me
sacó un machete y tuve que arrodillarme delante de él. Viaja con
nosotros porque el velero es suyo, pero es el típico rico imbécil.
Pues lo que decía, se acercó a mí y me tiró al agua, diría que
es mi enemigo. Por suerte conseguí subir y me volví a sentar. Mi
novia no estaba. Me hallaba solo pero no aburrido porque pensaba en
encontrar una aventura en éste viaje, pensaba en lo que podría
pasar... Pero nada. Las horas pasaban, la gente cada vez estaba más
borracha, más bebida. De repente, vi a mi novia provocando a todos
los chicos de la fiesta. Me entristecí; una chica me vio, la
recordaba de la fiesta, ella se mostró muy atenta conmigo cuando el
estúpido de Jorge me amenazó, pero no recordaba su nombre… Cuando
ella se acercó me encontró triste, incluso se me caía alguna
lágrima al ver a mi novia. Justo al llegar me dijo: “Hola Zack”
yo la miré con una sonrisa y le pregunté su nombre. Rápidamente me
contestó: se llamaba Rosa. Estuvimos hablando durante horas, pero
aunque no la conocía de nada, me encantó. Y le confié las ganas
que tenia de encontrar una aventura.
Las
horas seguían pasando, Rosa ya se había ido. El capitán del barco,
llamado Jack, ya había puesto rumbo hacia la costa ,que por cierto
estaba muy lejos; Jack era un amigo de Jorge, y era un chico muy
responsable. Estuvimos conversando. Hablamos de lo malo que estaba el
viento para conducir este velero, y lo peligroso que era. Ya
estábamos llegando a la costa, y yo me sentía decepcionado. Pero
de repente una ráfaga de viento nos empujó hacia el océano. El
capitán no pudo controlar el velero . Miré alrededor, no había
nadie, ningún barco. Pronto averigüé porqué: una tormenta se
acercaba hacia nosotros. No era para tanto, pero se nos llevo aun más
y más adentro y cada vez empeoraba. Los demás estaban dentro del
velero, tan borrachos que no se enteraban del peligro que corríamos.
El capitán estaba fuera, intentando controlar esa chatarra de
barco. Yo me agarraba a todo lo que podía para no caerme, estaba
asustado y nervioso por ver que aventura se acercaba, a la vez que
ilusionado. De repente me caí y me di un golpe en la cabeza. Me
quedé como en estado de shock, casi desmayado pero atento. Era una
sensación rara, estaba estirado medio dormido, pero no caía ya que
una barra me bloqueaba la caída. Pude ver como los de la fiesta, sin
enterarse de la tormenta, se trasladaban a la parte de fuera del
velero, Jack gritó: “entrad panda de inútiles”, pero ellos no
respondían. Vi como dos de mis colegas caían al mar, como no se
daban cuenta de que la muerte les aguardaba en esas aguas. Uno de
ellos era Fedrick. No pude reprimir que una lágrima me cayese por la
mejilla. Mi mejor amigo ha muerto, no pude hacer nada, no podía
moverme. Miré hacia el timón y el capitán no estaba, me di la
vuelta y lo vi. Parecía muerto, o no se daba cuenta de que estaba a
punto de morir. Por suerte le cogí con todas mis fuerzas y lo salvé.
Miré a mi izquierda y pude ver a mi novia cayendo al mar. Ya me
estaba lamentando cuando observé a Jorge tirándose para salvar a
Carolina. La salvó, se salvaron los dos, quizás no sea tan malo
como parece. Después ya me desplomé del todo, solo podía oír las
voces de los chicos gritando: “no, no!”
Desperté
en una rocas de la costa. El barco estaba destruido, solo quedaban un
par de trozos. Pude ver a mis compañeros a lo lejos, en una playa.
No sé porqué yo estaba tan apartado, ni porqué era el único que
estaba en pie. Los otros se encontraban tirados por el suelo. Pensé
que tal vez estábamos en Rodhes de nuevo, pero no tardé en
averiguar que estaba equivocado. Aquella era en una isla desierta, no
se veía ningún edificio… Empecé a contar a mis compañeros:
doce. Eso significaba que habían muerto tres, los dos que cayeron al
agua, uno de ellos Federick, y el tercero... rezaba porque no fuera
Carolina. Fui hasta ellos y la busqué, pero no la encontré.
Entonces desenterré un poco de arena y ahí estaba, mi chica. Me
alegré y mucho; poco a poco fui despertando a cada uno y
explicándolo todo. Desperté a Carolina de las últimas. Pero el
último fue Thiago. No lo conocía mucho, pero en la fiesta vi como
pasaba droga a la gente. Supongo que era una especie de camello.
Cuando le desperté y le expliqué lo sucedido se levantó, sacó una
navaja de su bolsillo e, inexplicablemente, fue a por mí. Cuando
estaba a punto de clavarme la navaja en el corazón, mi novia se
interpuso y la mató. ¡¡Thiago había matado a Carolina!!
Rápidamente, con toda mi rabia, le inmovilicé, quería matarle allí
mismo. Pero mis compañeros lo impidieron. Roto de dolor salí
corriendo y me introduje en la isla sin saber que me ocurriría,
cegado por las lagrimas y con ganas de matar a cualquiera que se
cruzara en mi camino...
Y es desde
aquí, desde un tronco en el ahora estoy sentado, que os narro todo
lo que ha sucedido hasta este momento. No sé que me deparará el
futuro, ya no quiero ninguna aventura después de la muerte de dos
personas muy queridas para mi. Pero me propongo sobrevivir por ella,
y por Frederick, para poder enterrarles como Dios manda.
Y por
ellos, aquí empieza mi aventura para escapar de ésta isla...
Fin de la
introducción.
Sueños de
un poeta
Tu historia es alucinante, deberías hacerte escritor y poeta, ganarías mucha pasta y disfrutarías con tu trabajo :D
ResponEliminaNo puedo esperar a acabar de leerla :D
¿Qué título le pondrías a esta historia?
ResponEliminaSinceramente, tengo muchas ganas de ver la continuación. Está todo muy bien explicado y siento perfectamente el sufrimiento del protagonista. ¡Sigue así! :)
ResponElimina